jueves, 28 de diciembre de 2017

Nostalgia




Nostalgia

Había arribado al puerto de Santos hacía apenas cuatro días; pero aún sentía dentro de mí el balanceo continuo del barco que me había alejado de mi familia.

Hacía mucho calor y yo seguía pensando en ellos. Me descalcé la sandalia y lloré a la orilla de la playa.

No conocía a nadie en esa ciudad monstruosa. Mi residencia era un inmenso cuartel remodelado, para acoger emigrantes llegados de todas las partes del mundo.

Han pasado cincuenta años desde aquello, y aún lloro cuando recuerdo a familiares ausentes y aquel triste día de Navidad.


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